MISIVA A CESENIO

El rostro de Poncio Pilato, prefecto de la convulsa provincia romana de Judea desde el año 26 al 36, se perdió entre las brumas de la historia tras ser cesado por el legado de Siria, Vitelio, como consecuencia de un grave incidente con los samaritanos.
Sin embargo su recuerdo perdura por el proceso a Jesús, a partir del cual ha pasado a la memoria colectiva occidental como paradigma de cobardía y pasividad, aunque los pocos datos históricos que tenemos de Poncio Pilato muestran justamente lo contrario: él era un hombre decidido, incluso temerario y de respuesta rápida y contundente.

¿Qué pudo ocurrirle, entonces, con el «caso Jesús»?

Ahora, un anciano y solitario Pilato ve acabar sus días desterrado en una pequeña isla mediterránea. Pero la llegada a esta de unos extraños predicadores remueve de tal modo la memoria del prefecto de Judea, que decide emprender la redacción de esta extensa misiva a su amigo Cesenio, que permanece en Roma, describiéndole con detalle todo lo que, años atrás, aconteció con Jesús y que él no ha podido olvidar.

Con extraordinario rigor y precisión, esta carta suministrará todos los elementos de aquel proceso-juicio de Jesús de Nazaret a los lectores, convertirá a estos en testigos de los hechos y los obligará a ser, a su vez, jueces de cuanto aquí se narra.