A + Z 1000 PALABRAS

PROLÓGO

En el inicio fue la palabra. El hombre al dar nombre a las cosas les otorga el don de existir. Los objetos, los seres, con nombre propio concedido por el ser humano, desde ese momento, ya son visibles, ya son reconocidos por los demás. Les dispensamos con la palabra un ente propio, un ser con alma, legible y leíble. Esa es la magia de la escritura.
Comenzar un proyecto es como comenzar a escribir un cuento, un relato o una novela. Hay que enfrentarse a un papel en blanco. Hay que superar dudas, incertidumbres y problemas para llegar al final con la sensación siempre de que se puede mejorar.
Pero ser atrevido es la mejor opción. Os lo aseguro.
Así somos los que escribimos y nos enfrentamos al folio inmaculado. Nos atrevemos a contar una historia real o de ficción, a trasmitirla como mejor sabemos para que otra persona, el lector, ocupe desde su cómodo sofá nuestro lugar y se reconozca en nuestro relato como protagonista heroico o malvado y vil criminal.
Todo proyecto conlleva un beneficio y un sacrificio, el primero y lógico, el hecho de participar, de esforzarse en imaginar y crear una historia que trasladar a otro, y ser autor, creador, con todo lo que conlleva este término: tener entre tus manos algo que es único e irrepetible. Y esto sólo ocurre con la escritura, el tema puede ser el mismo, lo importante es el modo, la manera de contar para implicar al que lee. Nunca un relato, un cuento, es igual a otro. Y como lector, descubrir los entresijos particulares, las emociones o lo vivido por el autor siempre es grato, divertido.
Os animo, por tanto, a leer todos los relatos publicados en este libro, porque todos ellos nos aportarán conocimiento, distracción y un momento agradable.
Agradecer a todos los participantes, así como a los colegios e institutos implicados, como a los maestros y profesores, por su apoyo en esta iniciativa de fomento lector.
Gracias.

Vicente Pina López
Gerente de Librería Codex